Friday, July 04, 2008

Houses




Casa, no se si te lo he dicho alguna vez pero tengo tantas casas que nunca encuentro el cajón de los cubiertos a la primera. Casas que huelen a humedad y a tabaco y a maría, casas de marcos torcidos y puertas que no cierran. Territorios marcados por mis pelos en el baño, mi sangre en los cuchillos y huellas de mis dedos en las ventanas. Saliva en los vasos, escamas de piel que me llaman. En el centro de cada habitación se levanta un gólem invisible hecho de las células de mis residuos, con sólo mi espíritu lo mantengo vivo. Sí, Casa, querida, he visto cosas que no creerías. Atacar macarrones en llamas a las seis de la mañana. He visto el moho brillar en la oscuridad cerca de la puerta de la nevera. Que quieres que te diga, hay quien tiene una mujer en cada puerto. Hay quien colecciona fotos de portales y sábanas muy usadas. Solo por hablar de algo, Casa, ahora que estamos tú y yo solas, te confieso que tengo tantas casas que me llegan cartas a demasiadas direcciones. Casas en países extranjeros, casas todas en el mismo barrio, casas casi siempre sin ascensor. Y pesan, maldita sea, pesan tantas llaves en mi bolsillo y tantos muelles rotos sobre mis espaldas. Recuerdo una vez que... buf, mira que hora es, se me ha hecho tarde Casa, tengo que marcharme. No, por favor, no llores, lo siento, lo siento mucho, me quedaría pero tengo prisa, me esperan para conquistar nuevas camas algunos viejos amores.

2 comentarios:

Anonymous said...

that's way too cool.

Anonymous said...

lo bueno de los adioses es que implican un hola,
por cierto, casi veo tu nueva casa (el edificio) desde la mía...